Cuando uno vé, al nacer, las primeras luces de este mundo, en lo que se fija, es en la figura que lo sujeta, que lo amamanta, que lo limpia, que lo viste, que le sonrrie, que le canta, que le vela, que…
Siempre que despiertas, está ahí, pendiente de tus sueños, de tu respiración, de tus deseos; de tus miedos, de tus ansias, de tu incapacidad para valerte por tí mismo.
A veces, a lo largo de la vida, en alguna ocasión, he tratado de recordar como pudieron ser aquellos primeros momentos en que ví la luz por primera vez, cual sería la cara de mi madre al contemplarme, pero la memoria me traicina. Es tan traicionera cuando naces como cuando eres mayor. Hay pasajes de nuestra vida que han caido en ese pozo oscuro que es el olvido y quizás, no seamos capaces de recuperar.
A madida que vas creciendo, y tu comprensión de las cosas, se abre al nuevo mundo que empiezas a explorar, por algún motivo, se van quedando archivados en algún ricón del cerebro, y a lo largo de la vida surgen como chispas; vagos recuerdos, siempre felices, de una infancia dorada y consumida por el paso del tiempo.
Mami, a lo largo de mis 56 años (recién cumplidos) he tenido tiempo de esprimir mis neuronas y sacar del pozo oscuro, un montón de buenos recuerdos.
Es como si ahora te estuviera viendo en Segangan, en nuestra casa, preparando con la esencia que comprabais en Melilla, los polos; meterlos en la nevera, sacarlos a medio cuajar, pincharle los palillos y volver a meterlos en el congelador. Recuerdo las noches de Reyes. Los continuos viajes a Melilla para dar los masajes a Emilio, Los bocadillos de jamón, en LA FLOR DE MELILLA.
La primera vez que me separé de tí, cuando estuve en casa de la tía Pepa. Esperaba con ansiedad que llegara el fin de semana y me llevarais a Segangan.
Cuando estuve en edad escolar tuve que separarme de nuevo, vivía con la abuela en el Tesorillo.Cuando venías a verme, el corazón se me ensanchaba y cuando te ivas; tus lágrimas me lo encogían. Tus lágrimas siempre han estado presente a la hora de las despedidas, incluso ahora que ya he cumplido más de medio siglo.
Ya en Almería, en Pescadería, pasamos unos cuanto años muy unidos. Aquel barrio, la casa, el cine de verano, el Tío Serafín, La tía Juana, la academia de Don Alonso, los días de playa en el puerto pesquero, tus quejas por las peleas con mi hermano, el bar de la hermandad.
Pero a los quince años volví a separarme de tí, desde entonces solo hemos compartido días de vacaciones. La separación ha sido nuestro sino a lo largo de los años, pero no te quepa duda que ha servido para unirnos mucho más.
Nunca he sido una persona que exteriorice sus sentimientos, desde muy joven, quizás por estar fuera de casa, he tratado de ser fuerte y he dado una imagen un poco distante, pero no es así; siempre he sentido un respeto y un cariño muy especial por tí.
Ahora, que has cumplido 80 años, me siento emocionado y agradecido. Emocionado porque aún puedo seguir disfrutando de la mejor madre del mundo y agradecido, porque todavá tienes fuerzas para seguir cuidando y mimando a mi padre al que también quiero con toda mi alma.
tia maruji
He vuelto a leer «el cumpleanos de tu madre Antonio,y porrones!que no he podido contener las làgrimas,cuanto los quieres carino,como tu no hay dos.
admin
Como siempre hermano, cuando te pones, te pones. Lo has bordado. Un beso de tu hermano Emilo.
loren
bravo Antonio, felicidades tia Lola, guapa